ENTRADA2.
Hoy, día 8 de Marzo de 2016, el grupo que visita Lisboa compuesto por XA y XB hemos pateado gran parte de la ciudad desde la parte más alta de la ciudad, el Mirador de la Virgen Do Monte hasta una de las plazas más emblemáticas de la ciudad. En el trascurso del día hemos visto numerosas iglesias, en alguna de las cuales había miradores para observar la ciudad desde distintas perspectivas.
El día comienza a las 8 de la mañana en la que recibimos la mala noticia de tener que levantarse para comenzar una incesante caminata, tras un agradable desayuno, cogemos el autobús y nos dirigimos a la Torre de Belén. Tras esta bonita visita nos hemos dirigido al Monumento a los Conquistadores y posteriormente al Monasterio de los Jerónimos. Con mucha hambre y cansancio vamos a la que sería la última visita de la mañana, El Museo de los Carros. Tras la esperada comida, comenzamos la visita de la tarde, que comienza después de 45 minutos de desesperada subida para llegar al Panteón Nacional, en el cuál hemos podido sentir lo que es el vértigo. Por si no fuera suficiente, hemos seguido subiendo hasta el mirador más alto de la ciudad con unas impresionantes vistas acompañadas, como no, de un fuerte viento y frío. Ya encaminándonos al autobús hemos parado a ver una iglesia un tanto peculiar, ya que se había quemado a mediados del siglo XX y en la restauración se han mantenido la mayoría de las estructuras quemadas como recuerdo del desagradable suceso. Por fin nos hemos encontrado en el hotel descansando de un duro y precioso día en Lisboa.
Diego Jadraque y el grupo de Los Gemelos.
El día comienza a las 8 de la mañana en la que recibimos la mala noticia de tener que levantarse para comenzar una incesante caminata, tras un agradable desayuno, cogemos el autobús y nos dirigimos a la Torre de Belén. Tras esta bonita visita nos hemos dirigido al Monumento a los Conquistadores y posteriormente al Monasterio de los Jerónimos. Con mucha hambre y cansancio vamos a la que sería la última visita de la mañana, El Museo de los Carros. Tras la esperada comida, comenzamos la visita de la tarde, que comienza después de 45 minutos de desesperada subida para llegar al Panteón Nacional, en el cuál hemos podido sentir lo que es el vértigo. Por si no fuera suficiente, hemos seguido subiendo hasta el mirador más alto de la ciudad con unas impresionantes vistas acompañadas, como no, de un fuerte viento y frío. Ya encaminándonos al autobús hemos parado a ver una iglesia un tanto peculiar, ya que se había quemado a mediados del siglo XX y en la restauración se han mantenido la mayoría de las estructuras quemadas como recuerdo del desagradable suceso. Por fin nos hemos encontrado en el hotel descansando de un duro y precioso día en Lisboa.
Diego Jadraque y el grupo de Los Gemelos.